En el brazo corto del cromosoma 8 se encuentran un número importante de genes que codifican proteínas que controlan la proliferación y/o muerte celular, y que pueden jugar un papel relevante en procesos normales como el desarrollo cerebral o la respuesta inmune, en procesos patológicos como algunas enfermedades neuropsiquiátricas (esquizofrenia, autismo, enfermedad bipolar y depresión) y neurodegenerativas (Enfermedad de Parkinson y Alzheimer). Estos genes también participan en el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
Así lo señala una investigación desarrollada por el Prof. Rafael Tabarés-Seisdedos, del Departamento de Medicina de la Universitat de València e investigador del CIBERSAM del Ministerio de Ciencia e Innovación, y el Prof. John Rubenstein, director del Nina Ireland Laboratory of Developmental Neurobiology de la Universidad de California, San Francisco.
"Actualmente, existe evidencia epidemiológica muy sólida respecto a una menor incidencia de algunos tipos de cáncer (especialmente el de pulmón) en los pacientes esquizofrénicos y en sus familiares de primer grado en comparación con la población general, a pesar de que estos pacientes suelen ser grandes fumadores. Esta asociación negativa apunta a la existencia de los mismos factores genéticos que protegen para un proceso, pero predisponen para otro", declara el Prof. Tabarés-Seisdedos.
"Es importante entender que nos jugamos mucho: el cáncer, el autismo o la esquizofrenia son enfermedades complejas con dramáticas consecuencias para muchas personas de manera que cada paso que pueda darse para desentrañar los mecanismos de estas enfermedades, cada nuevo test diagnóstico o avance terapéutico tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de muchas personas", señala el Prof. Tabarés-Seisdedos.
El análisis de los genes del cromosoma representa una fuente rica para el entendimiento de las conexiones entre distintas enfermedades que actualmente se consideran diferentes", apuntan las conclusiones del trabajo.
Así lo señala una investigación desarrollada por el Prof. Rafael Tabarés-Seisdedos, del Departamento de Medicina de la Universitat de València e investigador del CIBERSAM del Ministerio de Ciencia e Innovación, y el Prof. John Rubenstein, director del Nina Ireland Laboratory of Developmental Neurobiology de la Universidad de California, San Francisco.
"Actualmente, existe evidencia epidemiológica muy sólida respecto a una menor incidencia de algunos tipos de cáncer (especialmente el de pulmón) en los pacientes esquizofrénicos y en sus familiares de primer grado en comparación con la población general, a pesar de que estos pacientes suelen ser grandes fumadores. Esta asociación negativa apunta a la existencia de los mismos factores genéticos que protegen para un proceso, pero predisponen para otro", declara el Prof. Tabarés-Seisdedos.
"Es importante entender que nos jugamos mucho: el cáncer, el autismo o la esquizofrenia son enfermedades complejas con dramáticas consecuencias para muchas personas de manera que cada paso que pueda darse para desentrañar los mecanismos de estas enfermedades, cada nuevo test diagnóstico o avance terapéutico tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de muchas personas", señala el Prof. Tabarés-Seisdedos.
El análisis de los genes del cromosoma representa una fuente rica para el entendimiento de las conexiones entre distintas enfermedades que actualmente se consideran diferentes", apuntan las conclusiones del trabajo.
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