10 de abril de 2011

Salud Mental y Derechos Humanos en el Siglo XXI

El estigma, la falta de recursos, el miedo y el desconocimiento acerca de la enfermedad mental, hace que los seres humanos que la padecen sean uno de los colectivos peor tratados en la gran mayoría de los países que desde nuestra sociedad “civilizada” consideramos “del Tercer Mundo”. Por lo general, los enfermos mentales y discapacitados intelectuales, son confinados en instituciones miserables que apenas ofrecen la mínima cobertura de sus necesidades básicas. Además del sufrimiento causado por la enfermedad, se añaden a este, cadenas, correas y otros artilugios que limitan su movilidad, como única opción realista para tratar y contener conductas disruptivas ante la falta de recursos asistenciales. Pero también subyace la falta de atención y maltrato como prácticas habituales en los países o regiones con menos recursos económicos.


John Stanmeyer ha recorrido varios países de Asia (Camboya, China, Pakistán e Indonesia), y sus fotos son una muestra de las diferentes prácticas encontradas en las distintas instituciones psiquiátricas que visitó. Sus fotos sirven para denunciar la terrible situación de la ingente cantidad de enfermos mentales en estos países. Podéis encontrar el reportaje completo aquí.




Encerrados tras las rejas y sin camas para dormir, los niños de menos de siete años languidecen en la Fundación Edhi para enfermos mentales, situada fuera de Karachi, Pakistán. En Pakistán, el gobierno prácticamente ha abandonado el cuidado de los enfermos mentales. Más de 1.000 enfermos mentales viven apiñados en la comuna de Karachi, dirigida por el destacado trabajador social Abdus Sattar Edhi. Puertas de hierro que encierran a los pacientes, algunos de los cuales, completamente desnudos, golpean su cabeza contra las paredes de sus celdas oscuras. "Nuestro centro se está convirtiendo en un vertedero de personas. Se considera a las personas con enfermedades mentales como la suciedad de la sociedad", dice Karim Ghazanfar, supervisor del saturado centro.


Los niños, algunos de tan sólo 7 años, viven tras las rejas en esta Fundación a las afueras de Karachi, en condiciones horribles. Gritando y llorando todo el día, sin calzado y sin camas por lo que los más de 60 niños tienen que dormir en el suelo. Algunos de ellos que ni siquiera son enfermos mentales, sino niños rechazados por su familia.





La sala de los hombres en el Centro de Salud Mental de Distrito de Hongkou, en el centro de Shanghai. Muchos chinos se quejan de un sistema de salud mental que carece de fondos.





Encadenados y desnudos dentro de pabellón para hombres del centro para los enfermos mentales y personas sin hogar de Cipayung, ubicado en Yakarta Oriental.








La vida cotidiana para más de 300 mujeres y hombres, que viven como animales, muchos de ellos encadenados a las paredes en Panti Bina Laras Cipayung. Desde que la crisis económica asiática de 1997 afectó a Indonesia, la financiación para cuestiones como la salud mental se ha visto deteriorada y debido a la inflación, los fondos disponibles en la actualidad son menores de los que estaban disponibles en 1997. El gobierno sólo cuenta con un presupuesto de menos de $ 1 USD al día para proporcionar a cada paciente alimentos y medicinas. Las instalaciones fueron diseñadas para atender a 150 personas.

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