16 de abril de 2013

La psicosis desde dentro


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23 de marzo de 2012

Quijotes infinitos...

"Me reencarnaron en mi figura de nuevo, como un viajero que ha bajado de un mundo donde las almas viajan en el vacío de la nada. Allí me canse de dar vueltas como un loco, donde mi imaginación, por descubrir nuevas aventuras y batallas, me desbordaba. No sé quién habrá sido esta vez el aventurero escritor que de su mano haya querido dar nueva vida a un personaje nada misterioso, fruto de la imaginación de un genio de la literatura que quiso hacerlo grande en una tierra como es la Mancha"



"No sé cómo he llegado hasta aquí, pero me encuentro en un rastrojo de una tierra que parece estar olvidada. Yo estoy tal como mi madre me trajo al mundo, bien desnudo, y la verdad es que no siento ninguna vergüenza por ello. Tal vez sea media tarde; lo digo por el calor que aprieta y por la posición en que se encuentra el sol en estos momentos. Una cosa es bien segura, que es una tarde de verano. Empiezo a tener demasiado calor en mi cuerpo desnudo, y si no me cobijo en un lugar en el que haya sombra, pronto mi piel blanca se pondrá de roja a negra como un carbón, y puede que, ahora que he bajado de allí arriba, mi aventura dure menos de lo que yo pensaba"



"He llegado aquí con un solo pensamiento: ser poeta de las andanzas que me hicieron ser famoso. Y lo he hecho, según creo, llamado por algún alma a la que a veces oí gritar:"don Quijote, ¿dónde estás que no te encuentro?" La que me llamara bien podría ser mi querida Dulcinea del Toboso. O tal vez mi amigo Sancho Panza. No lo sé, pero de una cosa estoy seguro, de que las voces las oí en más de una ocasión"...




El Hidalgo de la Mancha
Eusebio Loro Sanchez de Pablo


Más Quijotes aquí.



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28 de abril de 2011

Las amenazas del próximo manual sobre Salud Mental

“Cuando todo es enfermedad ya no queda nada de responsabilidad y sin responsabilidad corremos el peligro de quedarnos sin derechos y sin la capacidad de actuar dentro de un marco de libertad”. Con esta sencilla frase podemos condensar el fin último del artículo que sigue, que no es ni más ni meno que centrar nuestra atención y con ella nuestra alerta en las consecuencias de la próxima edición, en el año 2013, de la quinta versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) de la Asociación Psiquiátrica Americana.
Y es que de “la próxima biblia de la psiquiatría” va a depender la separación entre personas sanas y enfermas y, si no nos fallan las cuentas, van a ser tantos los trastornos y tan flexibles sus mediciones, que por primera vez en la historia de la humanidad nos vamos a encontrar con un planeta poblado por una mayoría de enfermos mentales.
Ante semejante panorama nos asalta la inevitable pregunta de si no tenemos suficientes patologías mentales con el actual DSM-IV (297, concretamente), a la que los contenidos del proyecto que ha sido puesto en marcha del DSM-V parecen contestar de forma negativa. De ahora en adelante las tasas de trastornos mentales estarán al alza. La subida se producirá de dos maneras:
  • Habrá nuevos diagnósticos que podrán ser extremadamente comunes en la población general (¿se fabricarán nuevas enfermedades mentales?).
  • Los umbrales de muchos desórdenes ya existentes serán más bajos (el diagnóstico será posible con síntomas más leves).
El nuevo manual podría desencadenar en un exceso de prescripción farmacológica (imagen: usuario de Flickr).
Los nuevos diagnósticos “problemáticos” serán el síndrome de riesgo de psicosis, que dará lugar a una tasa de falsos positivos de entre el 70% y el 75%, con lo que miles de adolescentes y jóvenes adultos recibirán tratamientos psicofarmacológicos innecesarios para su supuesto riesgo de padecer en el futuro un trastorno psicótico; el trastorno mixto ansioso depresivo, que podrá convertirse en uno de los más comunes desórdenes mentales, psiquiatrizando y psicologizando reacciones normales ante la vida; el trastorno cognitivo menor, definido por síntomas inespecíficos de desempeño intelectual reducido y que le dará entidad de enfermedad a déficits cognitivos que son normales a partir de los 50 años; el trastorno de atracones, que tendrá en la población general una tasa del 6 % al considerar como patología el darse un atracón al menos una vez por semana durante 3 meses; el trastorno disfuncional del carácter con disforia que considerará enfermedad los exabruptos del carácter (la mala leche o el mal genio); el trastorno coercitivo parafílico, con lo cual muchos violadores ya no serán criminales sino enfermos; eltrastorno por hipersexualidad (sobran los comentarios); y las adicciones conductuales, que podrán incluir en la categoría de adicciones a sustancias, por ejemplo, el juego patológico o bien otras no especificadas como a comprar, al sexo, al trabajo, a la tarjeta de crédito, a los videojuegos…, con lo que se nos dotará de una excusa ideal para descargar nuestra responsabilidad personal en una etiqueta diagnóstica.
En el caso de umbrales más bajos para categorías ya existentes, los cambios introducidos en los criterios de algunas enfermedades mentales producirán un gran aumento de diagnósticos como el de trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad (con el consecuente abuso de fármacos estimulantes para su tratamiento), el trastorno de adicción ( que llevará a etiquetar con la dura palabra de adicción a aquellos cuyo problema esté restringido al uso intermitente de sustancias), el trastorno del espectro del autismo (alimentando la epidemia del pobremente definido autismo), la medicalización del duelo normal (transformándose en un blanco muy apetecible para ya sabemos quién), o la pedohebefilia (¿el sexo con individuos de 14 ó 15 años debe ser una cuestión legal o psiquiátrica?, ¿tener relaciones con un adolescente menor de edad debe entenderse como una conducta regulable por la ley en cada sociedad o como un síntoma de enfermedad mental?).
Ojalá podamos retractarnos de nuestro alarmismo y que el DSM-V definitivo y la propia práctica clínica de los profesionales de salud mental subsanen, lo que bajo nuestro punto de vista, son errores con graves consecuencias para el ser humano: la medicalización de trastornos inexistentes o de reacciones normales a la vida, o la peligrosa tendencia a quitarnos de encima la responsabilidad de nuestros actos, la cual va indisolublemente unida al ejercicio de una libertad a la que no se puede renunciar.
Para todos los que nos habéis leído os enviamos un saludo desde Saltando Muros, el blog desde el que intentamos materializar ideas como las aquí esbozadas, porque más allá del diagnóstico, aquí, a tu lado y al mío, está la persona, el afectado, su sufrimiento, sus ilusiones, su historia, sus afectos, su responsabilidad, su fuerza, su dignidad… y solo desde estos elementos podremos contribuir a su recuperación.



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20 de abril de 2011

Retrats


Tras ingresar en varios centros psiquiátricos afectado de esquizofrenia, Lluís Gracia descubre la pintura como una herramienta para enfrentarse a su enfermedad. Desde entonces colabora con diferentes asociaciones desarrollando sus propios talleres de pintura con otros enfermos, compartiendo así su experiencia. Retrats sigue en uno de estos talleres la evolución personal y artística de nueve de estos enfermos.

Retrats no busca una aproximación científica a la esquizofrenia. Da protagonismo a las personas y no a la enfermedad. Es una mirada positiva, una mirada que muestra la ilusión de unas personas que se esfuerzan por buscar una salida y superar la enfermedad.

El documental sigue la historia de nueve personas (Lluís Gràcia -el profesor-, Isabel, Pilar, Jordi, Cati, Carles, Antonia y Jaime) que buscan recuperar la normalidad tras muchos años conviviendo con la enfermedad.

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11 de abril de 2011

Memoria Histórica: Enfermedad Mental y Eutanasia

Entre 1939 y 1945, aproximadamente 300.000 personas de Alemania, Austria, Francia, la Unión Soviética y Checoslovaquia, fueron víctimas del programa de eutanasia nacionalsocialista. Estas personas eran personas con problemas psiquiátricos, disminuidos físicos o psíquicos, enfermos de tuberculosis o personas de origen judío. En general, todos aquellos que no se correspondían con la imagen “sana” y “aria” que debía ser útil para participar en la “batalla por la existencia” que mantenía el régimen.

Tras su llegada al poder, los nazis aplicaron a los servicios sociales y asistenciales sus ideales racial-higiénicos. Fue promovida la denominada “salud hereditaria”, mientras que las personas enfermas, discapacitadas y consideradas como “extraños a la comunidad” fueron discriminados. Las personas que vivían en instituciones mentales o educativas especiales fueron consideradas como una carga económica y, de acuerdo con el uso lingüístico oficial, fueron considerados como “inferiores”, “ inútiles”, etc.

Tras la “Ley para la prevención de enfermedades hereditarias” de 1934, aproximadamente 400.000 personas que sufrían de algunas de estas enfermedades (incluyendo también a los niños en centros asistenciales, asociales, criminales y alcohólicos) fueron obligatoriamente esterilizados.

La autorización de Adolf Hitler para el programa de Eutanasia (Operación T4), firmada en octubre de 1939, pero fechada el 1 de septiembre de 1939.
Dentro del sistema creado por el programa de la Aktion T4, se asesinó sistemáticamente a los pacientes de los hospitales mentales y casas de acogida. El estado de emergencia creado por el inicio de la guerra fue utilizado como excusa para los asesinatos que, durante el período de paz, se realizaron bajo un gran secretismo. Las oficinas de la T4 registraron a cualquier persona que pudiese ser considerada como “incapacitada” o “incurable”, y organizaron su asesinato masivo en centros especializados, como Hadamar.


El programa Aktion T4 fue funcional a los propósitos e intereses específicos de la economía alemana en ese momento. Por ejemplo, tales recursos sanitarios (camas, personal, etc.) y los eventuales ahorros presupuestales pudieron reocuparse o redirigirse hacia otras necesidades económicas, determinadas principalmente por la guerra y la ocupación de los países del Este de Europa que comenzó poco tiempo después de iniciado el programa de eutanasia Aktion T4. De hecho, el programa de eutanasia también se extendió a determinados presos de los campos de concentración nazi, que mostraban un deterioro físico especialmente marcado y no servían ni para los trabajos forzados del campo ni para la experimentación médica, y eran seleccionados para la eutanasia por el personal médico y enviados en ocasiones a las cámaras de gas ya implementadas en hospitales y psiquiátricos. Esta operación fue denominada por los nazis como Aktion 14f13, la antesala de la implementación de los campos de exterminio masivo como el de Auschwitz, donde fueron utilizados los métodos -ahora en escala ampliada- y en determinados casos también el personal médico y sanitario de la Aktion-T4. 


Personal del T4, la agencia creada para administrar el programa de eutanasia de los nazis.
Berlín, Alemania, fecha incierta.
Precisamente, se sostuvo e hizo hincapié reiteredamente (por ejemplo en la propaganda respectiva) en que estos programas médicos, como el de eutanasia y el de eugenesia, constituían una higienización de la sociedad necesaria para la buena salud de la economía, pues todos estas personas eliminadas eran considerados y presentadas como un lastre para la sociedad.

 "60000 RM es lo que esta persona que sufre de defectos hereditarios cuesta a la comunidad alemana durante toda su vida. Conciudadano, ese también es su dinero. Lea Neues Volk, la revista mensual de la Oficina de políticas raciales del NSDAP".
Entre 1940 y 1941, las cifras de víctimas de este proceso, en las diferentes instituciones que se encargaban de poner en práctica la Aktion T4, fueron las siguientes: Grafeneck-Württemberg, 9.839; Brandenburg a.d. Havel, 9.772; Bernburg a.d. Saale, 9.375; Hadamar bei Limburg, 10.072; Hartheim bei Linz, 18.269; Sonnenstein bei Pirna, 13.720.

A partir de la reapertura del proceso de asesinatos, en 1942, el círculo de las víctimas se hizo más extenso: no sólo personas discapacitadas mental o físicamente, sino también personas en estado de confusión tras un ataque aéreo, soldados traumatizados por la guerra, criminales mentales, etc.


Hadamar


En noviembre de 1940, el Presidente del Land Hessen-Nassau vació y preparó el centro de Hadamar para la oficina principal de eutanasia de Berlín. Fue la sexta y última institución que llevó a cabo asesinatos con gas, como parte del proyecto de “AKtion T4”.


Vista exterior del edificio principal de Hadamar



Desde enero a agosto de 1941, más de 10.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados con monóxido de carbono, en cámaras de gas disfrazadas de duchas, en los sótanos del edificio. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio. Para corroborar las muertes, el departamento de “cartas de consolación” (Trostbriefabteilung) llevaba a cabo un registro oficial en Hadamar que enviaba certificados de defunción con diferentes causas de muerte.

Garaje de los "autobuses grises" en Hadamar.


En agosto de 1941, el programa de eutanasia fue cancelado, y sus trabajadores, en la primavera de 1942, restauraron la institución a su forma anterior, para que nada pudiera sugerir el anterior uso del edificio. Sin embargo, cuando los anteriores administradores de la institución de Hadamar regresaron, se enviaron instrucciones desde las oficinas de la T4 de Berlín, ordenando que continuasen los asesinatos.

Médico nazi, Karl Brandt, director del programa de eutanasia. 27 de agosto de 1942.

Personal de Enfermería de Hadamar
Según las estadísticas internas de la Acción T-4, en Hadamar, en los ocho meses que van de enero a septiembre de 1941, murieron en la cámara de gas de la institución 10.072 personas (Se incluyen sólo las estadísticas de la primera fase de la Acción T-4, que fue cerrada por orden de Hitler en agosto de ese año)

Desde julio de 1942, Hadamar volvió a funcionar como una institución mental “normal”, aunque se mantuvieron los asesinatos disfrazados de enfermedades físicas: se evitaba el uso de la cámara de gas y pasaron a utilizarse inyecciones letales administradas por los médicos de la institución. A partir de abril de 1943 llegaron también niños judíos “mixtos” (con un padre judío): de los 39 niños internados, 34 fueron asesinados con inyecciones letales.

Corredor del crematorio
Desde finales de 1944, fueron internados numerosos trabajadores orientales (Ostarbeiter), enfermos de tuberculosis, que fueron también asesinados con inyecciones: 274 hombres, 173 mujeres y 21 niños menores de 15 años (375 soviéticos y 63 polacos).

En total, entre agosto de 1942 y marzo de 1945 fueron transportadas a Hadamar 4.817 personas debido a enfermedades físicas o mentales, de las que 4.422 murieron en ese período, la mayoría por causas no naturales.

Dos páginas del registro de muerte de Hadamar que enumeran causas falsas de muerte. Miles de los discapacitados físicos y mentales fueron asesinados ahí como parte del programa de eutanasia. Alemania, 5 de abril de 1945
Durante el día, los médicos de la institución seleccionaban a los más débiles, enfermos y demás, que eran destinados a ser asesinados, mientras que durante la noche, los guardianes y enfermeras llevaban a cabo las órdenes, administrando sobredosis de medicinas. Hacia 1943, las víctimas de Hadamar incluían a niños medio judíos que estaban a cargo del Estado, trabajadores forzosos con enfermedades como tuberculosis, enfermos mentales parientes de miembros de las SS y soldados heridos. Desde 1942, los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes en un cementerio recién construido.

El antiguo hospital mental de Hadamar fue una de las seis instituciones destinadas a aplicar la Aktion T4 en el Reich. El término “T4” se refería a la organización creada en Tiergartenstrasse 4, en Berlín, que el Ministerio del Interior del Reich había creado para llegar a cabo sus ideales “racial-higiénicos”, para el asesinato de enfermos psicológicos, disminuidos psíquicos o físicos, etc.

Las tropas norteamericanas ocuparon Hadamar el 26 de marzo de 1945. El número total de víctimas de la institución, hasta esa fecha, es de 14.494 personas.

El cementerio de Hadamar donde las víctimas de la matanza de eutanasia en Hadamar fueron enterrados. Esta fotografía fue tomada hacia el fin de guerra. Hadamar, Alemania, abril de 1945.

En 1953, en el edificio principal de lo que en aquella época era el hospital mental de Hadamar, se inauguró la primera exposición sobre las víctimas de la eutanasia. Desde 1964, el cementerio fue convertido en un memorial, en el que un monumento recuerda a las víctimas.

En 1983, se creó un museo memorial para conmemorar a todas las víctimas de los crímenes de eutanasia nazis en el hospital psiquiátrico de Hadamar. Este memorial incluye el cementerio, las habitaciones originales conservadas y una recién desarrollada exposición sobre el proyecto de eutanasia nazi. También dispone de salas para llevar a cabo seminarios y para la proyección de películas, así como de una librería de referencia.


En 1991 fue inaugurada una nueva exposición sobre los crímenes nazis relacionados con la eutanasia. A partir del año 2002 se puso en marcha el proyecto “lista de víctimas” (Opferliste), que intenta esclarecer el nombre de aquellos que murieron en la institución.

En la actualidad, el memorial de Hadamar consiste en el cementerio, algunas celdas conservadas y la exposición preparada en 1991. En el año 2001 se inauguró un centro educativo y un centro de reunión para jóvenes, en el mismo edificio, que permitía ofrecer seminarios de varios días. El memorial de Hadamar está bajo la supervisión y el mantenimiento de la organización del Estado de Hessen, y en sus archivos se conservan las actas de los pacientes del hospital mental de Hadamar.

La actividad educativa

El memorial ofrece explicaciones médicas y éticas en una extensa biblioteca, pero también a través de diferentes medios, con un archivo de los actos llevados a cabo entre 1933 y 1945, una base de datos sobre las víctimas de la eutanasia y una colección de periódicos referidos al mismo tema.

El memorial ofrece seminarios de diversos días, simposios, conferencias y eventos culturales y conmemorativos. También ofrece programas de estudio de varios días para clases escolares. Además ofrece programas formativos de un día para miembros de diferentes grupos nacionales, formación para profesores en general, de acuerdo con las necesidades de estos sectores profesionales sobre este período histórico.

Todas estas actividades permiten una importante contribución a la discusión de esta parte de la historia alemana, y preparar a los estudiantes para afrontarla en el futuro. El memorial ofrece visitas guiadas, trabajo educativo, acceso al archivo, cooperación con organizaciones internacionales e instituciones educativas, cooperación con otros centros memoriales, relaciones públicas, exposiciones, actos culturales, etc.



Si quieres saber más:


Gedenkstätte Hadamar
Mönchberg 8
65589 Hadamar
www.gedenkstaette-hadamar.de
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